El trabajo se basa en experimentos realizados con siete cerdos que recibieron dos litros diarios de agua azucarada durante un período de 12 días. Para mapear las consecuencias del consumo de azúcar, los investigadores tomaron imágenes de los cerebros de los cerdos al comienzo del experimento, después del primer día y al finalizar el estudio.
El cerdo es una buena alternativa a las personas en estos estudios porque su cerebro es más complejo que un roedor y funciona como un humano, y es lo suficientemente grande como para obtener imágenes de estructuras cerebrales profundas utilizando escáneres cerebrales humanos.
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