Una bacteria se comió el hueso de su cráneo, y la contrajo por limpiarse los oídos con hisopos de algodón. La mujer narró a la publicación That’s Life que acudió al médico cuando notó que estaba perdiendo la audición y sintió dolor.
Durante años vivió con un ruido en su oído izquierdo, pero cuando notó que no escuchaba a sus hijos de 10 y ocho años, decidió hacerse una revisión médica. Los doctores le recetaron antibióticos para una infección, pero no mejoró, al contrario.
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